Un equipo de psicólogos de la Universidad de Queen, en Canadá, observó que una persona puede acumular 6.200 ‘gusanos del pensamiento’ en un solo día. Esto resulta agotador (además de inútil). Los pensamientos intrusivos actúan como gusanos que inundan la mente sin que apenas los notes, tomando el control de tus emociones y, por lo tanto, de tus decisiones.
¿Alguna vez te has planteado mejorar tu forma de pensar? ¿Te gustaría pensar más o mejor? ¿Entrenas tu mente de alguna forma?.
Cuando era pequeña, jugábamos a resolver acertijos. Hacíamos listas de preguntas y poníamos a prueba nuestro ingenio. Recuerdo especialmente uno.
»Si un tren eléctrico viaja dirección norte a 50km/h. y el viento sopla hacia el sur. ¿Hacia qué lado irá el humo?.»
Me ha resultado curioso encontrármelo en Internet. Este, y otros del mismo estilo, están clasificados como ejercicios para estimular la creatividad, la agudeza mental, etc.
¿Te suena el término Pensar Fuera De La Caja?
Es más que probable que en los últimos tiempos hayas leído o escuchado hablar sobre un tipo de pensamiento llamado ‘fuera de la caja’ (out of box en inglés).
Este tipo de pensamiento (luego hablaremos de otros tipos) implica pensar de forma diferente a como solemos hacerlo, dejar de lado todo lo que has aprendido y experimentado y encontrar soluciones y alternativas poco comunes. Implica abrirse a ideas disruptivas (como en el sombrero verde de la técnica de los 6 sombreros).
Si hay algo de verdad en ese axioma que dice que toda pregunta o problema lleva implícita la respuesta o solución, pensar fuera de la caja es la clave.
Ver el mundo con ojos de niño.
A mí, me gusta definir esta forma de pensar como el tipo de pensamiento que permite ver lo que no se ve a simple vista. Cuando somos niños, tenemos la capacidad de asombro, la curiosidad, la imaginacion y la apertura mental necesaria para desarrollar esta manera de pensar.
Un sencillo ejemplo.
¿Has leído El Principito? ¿Recuerdas esta imagen?.
Hay dos tipos de personas en el mundo. Las que cuando les enseñas esta imagen, y les preguntas qué ven, dicen un sombrero y las que responden que ven otra cosa.
Si eres de las que has respondido o respondiste otra cosa que no fuera un sombreo, vas por buen camino en eso de pensar fuera de la caja.
Si te gustan como a mí los juegos y las dinámicas de grupo para desarrollar el ingenio, en Internet encontrarás bibliografía y sitios web llenos de ellos. Puedes poner a prueba agudeza mental cuando quieras.
Este lo encontré como ejemplo de pregunta en una entrevista de selección de personal. En RRHH, a la hora de valorar a un candidato/a, es habitual plantearle situaciones y preguntas en las que poner a prueba sus habilidades o soft skills y su actitud y posicionamiento ante determinados temas.
Si te apetece hacerlo, lee sólo hasta donde dice ‘el tipo simplemente respondió’ o de lo contrario, leerás la respuesta y adiós misterio.
¿Cuántas formas de pensar existen?
El día que leí que existían al menos 15 tipos distintos de pensamiento me dije: ¿en serio?. ¿Y cuántos de ellos utilizo?.
Aquí están enumerados uno a uno: reflexivo, crítico, deductivo, inductivo, creativo, lógico, sistémico, deliberativo, divergente, convergente, synvergente, analógico, suave, duro, mágico y holístico. Imagino que pensar fuera de la caja está vinculado a alguno de ellos como el creativo, el divergente, el synvergente o el mágico.
Como no soy una experta, no sabría decir si el pensamiento lateral de Edward de Bono (el de la técnica de los 6 sombreros) sería en sí mismo un tipo de pensamiento o si entraría en alguna de las categorías mencionadas anteriormente. Si lo piensas bien pensar fuera de la caja y pensamiento lateral, podría decirse que son lo mismo.
Siendo una persona que había reflexionado sobre qué son y cómo se procesan las ideas y que me había interesado y ocupado en cómo mejorar mi forma de pensar (asistiendo a este innovador curso), el tema despertó mi interés.
Tras reflexionar largo y tendido, llegué a la conclusión de que no importa el tipo de pensamiento que utilices: lo importante es que seas capaz de pensar por ti mismo y tener ideas propias. Lo importante es pensar con criterio.
No en vano, una de las soft skills interpersonales más demandas hoy día en entornos laborales junto al pensamiento analítico.
Nuestra forma de pensar determina la forma en la que hablamos y escribimos. Determina la forma en la que nos comunicamos con nosotros mismos, con el mundo y con los demás.
El debate sobre si el hombre posee realmente libre albedrío sigue existiendo hoy día. Hay quien cree que sí, hay quien cree que no. Pero lo que está claro es que el hombre tiene la capacidad de ‘obrar por reflexión y elección’ (RAE) y ello implica ser capaz de pensar por él mismo.
Todos tenemos capacidad para decidir que queremos vivir una vida mejor o, más sencillo aún, que no sólo queremos tener un buen día, sino un gran día. No importa el tiempo que llevemos transitando por la senda de la mediocridad: siempre podemos elegir cambiar de camino. Nunca será demasiado tarde para ir en pos de la excelencia.
Pienso en Mandela y en otras personas a las que se les privó de libertad física durante años y años y que fueron encarceladas precisamente por su libertad de pensamiento. Curiosamente, es su capacidad y voluntad para pensar libremente la que mantiene vivo el espíritu de estas personas durante el cautiverio.
Broche Final
Me parece una forma enriquecedora de concluir esta entrada citando la película (y novela) ‘1984’ de George Orwell.
Su mensaje es abrumador: la auténtica libertad es la que proviene de la libertad de pensamiento. Una vida sin ella no es vida.
A pensar, se aprende pensando.
Observar y cuestionar lo que nos acontece, hacerse preguntas y escribir un diario donde poner en claro nuestras reflexiones (nuestros auténticos sentimientos) ayuda a desarrollar y optimizar esta capacidad.
No hay barrera, cerradura ni cerrojo que puedas imponer a la libertad de mi mente (Virginia Woolf)