¡Sé como el mirlo y encuentra tu propio sonido, tu propia voz!
✔️ Me gusta escuchar trinar a los pájaros. Me gusta también observarlos en sus quehaceres.
✔️ Soy muy afortunada de vivir en un municipio rodeado de Naturaleza donde habitan muchas especies de aves. Disfruto de su presencia todos los días.
✔️ Disfruto especialmente de ellas cuando salgo a pasear o a practicar jogging por la zona del río ( vivo junto al Parque Fluvial del Turia). Me paso ratos enteros, quieta, escuchando atentamente y observando todos sus movimientos. Es una gozada. Transmiten tanta vivacidad y alegría.
✔️ Entre todas las especies que viven en esta zona está el mirlo. Se le puede escuchar desde primeras horas de la mañana y se le puede ver por todos lados: en tejados, azoteas, encima de antenas …
Y por supuesto, en el campo, posado sobre la rama de un árbol, cantando sin parar.
✔️ Hace poco, casualmente, encontré un artículo que hablaba sobre una cualidad que los hace únicos. Enseguida pensé que quizás por eso me llamaba tanto la atención su trinar.
✔️ De cualquier modo, me ha parecido una señal del momento en que me encuentro personal y profesional y una bella metáfora sobre el desarrollo personal de todo individuo:
Y tú, ¿Has encontrado ya tu auténtica voz?
Artículo escrito por Carlos de Hita para El Confidencial (29/05/2021 )
»Canta un mirlo, y de su garganta sale una miniatura musical.
La mayor parte de las aves cantoras se ajustan a patrones de canto más o menos estables. Cantan lo que aprenden, imitan lo que les rodea. Pero los mirlos no se conforman con repetir lo que oyen y gustan de explorar las posibilidades de su voz. Por eso, a diferencia de otras especies, no hay dos mirlos que canten igual. Cada individuo tiene su voz personal, una firma sonora propia. Todos ellos presentan en común algunos caracteres ‘mirlescos’, como un timbre líquido con un ligero roce, la imperfección que caracteriza a los grandes artistas. Algunos, además, se acercan a la afinación armónica, esa cualidad del sonido que hace que una nota suene mejor al oído. Y como cualquier cantante sabe, desafinar es fácil, pero afinar no es algo casual.
Pero lo que acerca de verdad a los mirlos a la música es su gusto por la variedad. En esta secuencia podemos comprobarlo. Cada ejemplar, grabado en diferentes lugares, a diferentes horas del día, busca sus frases, las enlaza de una manera determinada, casi se podría decir que a su gusto, a lo que llega después de muchas horas, muchos amaneceres de ensayo. Al principio, los jóvenes presentan fraseos muy simples, que pronto evolucionan hacia melodías más elaboradas. Y una vez que han encontrado su canción, la fijan y repiten insistentemente, todas las mañanas de primavera que les queden por delante. Algo que, con todas las reservas, se parece mucho al proceso de composición.»