Película El Hoyo.
Cuando la vi pensé: ¡Se puede decir más alto, pero no más claro! Es maravilloso comprobar la creatividad de algunos guionistas para crear una historia audiovisual que plasma un concepto/mensaje tan trascendente como el de esta película. Cine español, cine de calidad y cine rodado con pocos recursos. La vi recién estrenada, antes de que todo el mundo hablase de ella y ya intuí que se convertiría en película de culto.
Al verla, recordé una frase de la película ‘1984’: ’Lo importante no es mantenerse vivo, es mantenerse humano’’.
Lo primero decirte, que si no la has visto, no sigas leyendo. O sí, depende. Aun sabiendo de qué trata o leas algún spoiler (que no es el caso) su contundencia visual no pierde ni fuerza ni valor. Estamos ante una de esas películas que cada persona interpreta a su manera (sobre todo el final). Todo dependerá de su experiencia vital, sus valores y creencias, etc.
Habrá quien se quede solo con la capa superficial del mensaje:
vivimos en un mundo donde los recursos están gestionados y utilizados de forma injusta y poco sostenible. Unos pocos viven con demasiado, una mayoría tienen lo necesario para vivir con dignidad pero despilfarra y, otros muchos menos afortunados, a duras penas pueden sobrevivir o lo hacen bajo condiciones inhumanas. Mientras unos se mueren de hambre (literalmente) otros desperdician comida cada día, comen en exceso o hacen de la comida un símbolo de su estatus y riqueza.
Con esta entrada de blog, voy a profundizar un poco más en ‘el concepto’ que veo plasmado en ‘El Hoyo’.
Quizás seas de esas personas que se ha preguntado alguna vez por qué hay pobreza, si se podría erradicar el hambre en el mundo, si es negativo que existan ricos y pobres, etc. En mi opinión, el problema no es tener más o menos dinero, sino cómo obtienes y empleas ese dinero. Quien más tiene, más debería invertir en el bien común y aportar en positivo a la sociedad. El dinero o las posesiones materiales nunca deberían ser un fin en sí mismo, sino un medio para crear y construir un mundo mejor.
Lo primero que habría que hacer es ahondar en las raíces, en el origen de todo esto. Hambre, pobreza y miseria, existen desde el comienzo de la historia de la humanidad. Desde que el hombre comenzó a vivir en comunidades, a crear asentamientos, cultivar la tierra y criar ganado; y sobre todo, desde que surgió la propiedad privada y la jerarquía de clases.
O quizás no, quizás ya no sea necesario mirar hacia atrás y el imperativo sea centrarnos en el ahora y centrarnos en poner remedio a estas grandes lacras de la humanidad.
Pero, ¿Cómo se hace eso? ¿Cómo se soluciona una situación perpetuada siglo tras siglo y en la que existen tantos intereses creados a su alrededor? ¿O nunca te has parado a pensar que el hambre y la pobreza están relacionados con la libertad y hay a quien no le interesa que la gente sea libre (de pensamiento y acción)?
Mi valoración sobre la película El Hoyo.
Voy a comentar mi particular enfoque y práctica, con el que podrás estar de acuerdo o no, por supuesto. Enfoque que ya conocerás si has leído mis entradas ‘Vivir con sencillez’ y ‘Sé tú el cambio’.
Resumiendo lo que en ellas escribí, pienso que la forma más sostenible y eficaz de erradicar el hambre, la pobreza y la jerarquía de clases es que cada persona trabaje en su desarrollo y superación personal integrando la conciencia de humanidad en su día a día y erradicando de su vida (y de su hogar, si tiene hijos) el egoísmo, la avaricia, la prepotencia, el miedo, la ignorancia, etc.
El mundo necesita personas que vivan sintiendo que toda la humanidad somos un solo ser y que nuestros actos tienen efectos en otras personas (uso responsable y sostenible de los recursos). El mundo necesita padres y madres (hogares) que eduquen a seres humanos íntegros, justos y que velen por el bien común.
Tarde o temprano, el planeta alcanzará una masa crítica de personas conscientes y comprometidas con hacer de este mundo un lugar donde cualquier ser humano pueda acceder a lo necesario para vivir con dignidad.
Personas que habrán erradicado de su vida (por tanto, no estarán contribuyendo a que se perpetúe) el egoísmo, la avaricia, la envidia, la mezquindad, los celos, el autoritarismo, la prepotencia, etc. etc.
Personas que habrán integrado el concepto holográfico-multidimensional de la conciencia humana, es decir, que cada uno de los grandes temas que preocupan al ser humano (guerras, enfermedad, hambre, etc.) está vinculado al espacio de responsabilidad personal o local de cada persona. Pregunta clave: ¿De qué forma estoy contribuyendo con mi comportamiento a esa situación?
Si de verdad fuera la forma de lograrlo, hace ya tiempo que los gobiernos y las organizaciones solidarias habrían erradicado el hambre y la pobreza (al menos los países democráticos comprometidos con una sociedad de bienestar). Realmente, lo único que hacen es ‘ir tapando agujeros’.
En mi opinión, en este siglo, será la suma de muchas personas capaces de liderar su vida lo que provocará el cambio económico, social y cultural. El cambio será de dentro hacia fuera. De uno en uno, aunque simultáneamente.
Parafraseando a Margaret Maid:
«Estoy segura de que un grupo de ciudadanos conscientes y comprometidos puede cambiar el mundo. De hecho, sólo eso puede lograrlo”. Conforme ese grupo vaya creciendo en todo el mundo y alcance una masa crítica se podrán observar cambios notables a todos los niveles.
Mientras tanto, quizás quieras invertir en tu desarrollo y superación personal y convertirte en uno de esos ciudadanos conscientes y comprometidos. Erradicar de la propia vida todas esas cosas, es tarea compleja y laboriosa, pero una vida consciente vale la pena, sin dudar. Es la única que te hace auténticamente libre y le da sentido a tu vida y a la vida en este planeta.
‘’Vive sencillamente, para que otros, sencillamente, puedan vivir’’ (Ghandi).
‘’Tu transformación es tu verdadera contribución a la humanidad. Un mundo mejor es posible, aquí y ahora’’.
‘’Ninguna gran idea radical (o ideal) puede sobrevivir, a menos que se encarne en individuos cuyas vidas sean el mensaje mismo’’ (Erich Fromn). Los ideales no son nada sin personas que los encarnen.
Lecturas recomendadas:
Curso online Amazonas de ‘A conscious life‘.
‘Edita tu vida. Visión holográfica de la realidad’ de Método Cronos.