‘’El hombre que ha empezado a vivir más seriamente por dentro, empieza a vivir con más sencillez por fuera’’ (Ernest Hemingway).
En esta ocasión, me gustaría compartir uno de los aspectos que conforman ‘my lifestyle’ que es como a mí me gusta llamar al conjunto de hábitos, prácticas, y rutinas que configuran mi día a día.
Soy una persona de gustos y hábitos sencillos.
Siempre ha despertado mi interés la filosofía y forma de vida de los estoicos de la antigua Grecia. De jovencita leí a Epicteto y su ‘Manual de vida’ me inspiró profundamente. Pienso que, sus principios, adaptándolos al siglo XXI, son una guía práctica muy valiosa para vivir en paz y plenitud.
Hace unos años descubrí que existe un movimiento llamado simplicidad voluntaria o downshifting, lo que significa que somos muchas personas en el planeta las que pensamos que volver a un modo de vivir más simple es necesario. Hemos complicado mucho la vida.
Soy uno de esos seres humanos que he elegido vivir siguiendo los criterios de lo que se conoce como minimalismo.
‘’La riqueza consiste más en el disfrute que en la posesión’ (Aristóteles)
Un día, llamó mi atención una TEDX titulada ‘Las 10 reglas de la simplicidad’ de John Manda. Poco después, apareció en mi radar el libro ‘Haz fácil lo difícil’ de Greg Mackeown. Pensé que el tema estaba en el aire, que era tendencia, y eso me parece muy positivo:
decrecimiento, hazlo fácil, simplificar, sencillez, menos es más, minimalismo, slow life … ¡Algo está cambiando!.
Por cierto, ¿Sabes la diferencia entre simple, sencillo y fácil?
- Algo fácil (lo opuesto a difícil) es algo que no requiere gran esfuerzo, habilidad o capacidad para su realización.
- Algo sencillo (lo opuesto a complicado) es algo que no conlleva dificultad en su ejecución.
- Y algo simple (lo opuesto a compuesto o complejo) es algo básico, esencial, sin añadidos innecesarios y superfluos.
A lo que iba.
El caso es que este verano he ido por libre en casa a la hora de comer, comiendo lo que me viene en gana, literalmente. No sabía lo que iba a comer hasta el mismo momento en que me entraba hambre. Me limité a comprar una lista de alimentos básicos (que voy reponiendo) y me iba alimentando de ellos. Y como mucho, combinaba 3 de ellos. En muchas ocasiones me alimentaba de una sola cosa. Es lo que mi cuerpo me pedía.
Esta claro, que poco a poco, mi tendencia hacia la simplicidad se ha instalado también en al ámbito de la cocina y la alimentación (recomiendo leer ‘Del Gusto Al Sabor’). Las recetas que más me atraen son las que menos ingredientes necesitan y las que más rápido se elaboran. Si encuentro una que me gusta casi siempre la simplifico (hago mi versión).
Disfruto muchísimo cocinando y, sin embargo, cada vez busco más pasar el tiempo justo y necesario en la elaboración de comidas. En mi caso, no me aburre comer lo mismo varios días o a menudo. Cuando mi cuerpo me dice que ya tiene bastante de un gusto o sabor, cambio.
Algunas veces pienso que tanta variedad y elaboración en la comida no es práctico, ni sostenible. Es abrumador ver la exagerada diversidad de productos entre los que elegir a la hora de comprar. Y es abrumador ver lo ‘compuestas’ que son la mayoría de recetas de cocina en las que se necesita una larga lista de ingredientes, y muchos pasos, para prepararlas.
Pienso en mi infancia, en las saludables, sabrosas y sencillas comidas que preparaba mi madre: ella nunca se cuestionaba si todas las semanas se comía lentejas o alubias o macarrones. Y aún así, siempre nos sorprendía con algún plato nuevo o cocinado de forma distinta. Era una artista de la cocina de aprovechamiento.
Creo que buscar la sofisticación o la variedad ‘excesiva’ en la alimentación está relacionado con la mente y el equilibrio emocional. Cuando estás equilibrado a nivel emocional y tu mente funciona de forma óptima y eficiente, tus apetencias y gustos culinarios se simplifican. Dejas de compensar carencias y desequilibrios energéticos/emocionales con sabores y texturas en la comida.
Conforme he ido alcanzando madurez y equilibrio en mi vida, mi forma de alimentarme ha cambiado a la par.
Y no sólo me ha pasado con la comida.
Mi forma de escribir, por ejemplo, también ha cambiado. Escribo de forma más sencilla, clara y directa. Dejo para los poetas, para los buenos escritores y periodistas las formas elaboradas de escribir y redactar: a ellos sí que me gusta leerlos y disfrutar de su arte con la palabra.
Lo mismo podría decir de mi forma de practicar ejercicio.
Podría ir enumerando una por una todas las rutinas que llevo a cabo y en todas se observaría como la simplicidad es su principal cualidad: vestuario e imagen, cocina, ocio y tiempo libre, consumo, etc.
¡Incluyendo mi rutina laboral! Mi trabajo actual lo he ido configurando en base a estos criterios también.
«La simplicidad es la máxima sofisticación» (Leonardo Da Vinci).
En realidad, diría que lo que se ha simplificado enormemente es mi forma de emplear los días.
Con el paso del tiempo, he ido dejando de HACER y de ESTAR para simplemente SER. Paso largos ratos sin hacer nada, simplemente estando conmigo misma. Los disfruto enormemente y me aportan mucha paz y energía, sobre todo creativa. Utilizo mis sentidos de forma más eficiente evitando desgastarlos sin una finalidad enriquecedora. Mejor no hacer, que hacer de forma que reste. Procuro equilibrar momentos de acción con momentos de no acción.
Esto ha conllevado el que haya dejado de sentir interés o tener ganas de hacer un montón de cosas que en otras épocas de mi vida hacía. Para mí, lo importante es tener claro el para qué voy a hacer algo, qué me va a aportar, si me interesa/compensa y el impacto a todos los niveles que va a producir mi acción (no solo en mi persona, también en el planeta y en la vida de otras personas).
Incluso cada vez ‘pienso’ menos. Dejo que mi cuerpo se encargue de guiarme (escucho mi voz interior) y me de las respuestas que necesito en cada momento. Esto implica un menor desgaste energético y un menor uso de recursos de todo tipo.
»¿De qué hablamos cuando hablamos de energía?
La energía es esencial para la vida. Sin energía no podríamos alimentarnos, vestirnos, calentarnos, movernos, producir y transportar objetos, y desarrollar nuestros proyectos personales y colectivos. Es lo que mueve el mundo. Pero al movernos dejamos una huella. Cualquier actividad humana tiene unos impactos, cualquier producto que fabricamos o alimento que cultivamos tiene una huella de energía.»
Extracto del artículo escrito por Mireia Boch publicado el 29 del 06 de 2022 en la revista OPCIONS.
Justo mientras escribo el borrador de esta entrada llega hasta mí el documental ‘Decrecimiento. Del mito de la abundancia a la simplicidad voluntaria,’. Se puede decir más alto, pero no más claro (puede verse en FILMIN).
Para mí, usar los recursos de forma responsable es tanto una cuestión de sostenibilidad como de conciencia de humanidad. O lo que es lo mismo: soy incapaz de malgastar agua sabiendo que hay personas que tienen restricciones o que no tienen acceso a agua potable. Y así con todo.
La simplicidad voluntaria implica desapego: con el paso de los años, he ido teniendo un menor apego a las cosas materiales, incluidos libros y películas, mis preferidas (lo he donado casi todo).
Concluyendo:
Cada vez vivo con menos, física y mentalmente. Las cosas muy elaboradas o artificiosas, van poco conmigo. Vivir así me aporta paz, armonía y satisfacción.
La vida en este planeta pide a gritos un uso consciente, responsable y justo de los recursos para que la humanidad pueda vivir en paz y armonía, a largo plazo. Y el primer recurso que hay que aprender a gestionar de forma eficiente es nuestra propia unidad cuerpo/mente.
Vivir con sencillez y simplicidad es positivo tanto para ti como para el planeta.
En esto de la sencillez y la simplicidad podemos inspirarnos en la cultura japonesa y su concepto KANSO que significa sencillez y ausencia de elementos sobrantes
Quería terminar la entrada con alguna película. Al instante, sin pensar, me ha venido una que viene como anillo al dedo: Little Forest’ (2014): Invierno, Primavera, Verano Y Otoño
Al menos, el sentir que me evoca es el que he intentado transmitir al escribir este texto.
‘’Vive sencillamente, para que otros, sencillamente, puedan vivir’’ (Ghandi).

Por cierto, el 31 de octubre se celebra el DÍA MUNDIAL DEL AHORRO
Broche de oro
☮️ Dejo link a la serie divulgativa LIFE IS EASY, una serie de ebooks que me han inspirado profundamente y me han facilitado el camino para lograr una vida sencilla, fácil y gozosa. Los recomiendo encarecidamente.
Está pensada para personas que aspiran a vivir la vida en paz y armonía, con gozo y sencillez. Ofrece claves para resolver los problemas que pueden surgirle a una persona en su día a día.
☮️ Dejo link también a los Podcasts de A Conscious Life y al libro ‘Tu Cuerpo Sabe’ de Método Cronos que te introduce en el concepto de los biorritmos naturales y te muestra cómo aprender a escuchar tu voz interior y recuperar la conexión con la naturaleza esencial de las cosas.
☮️ Y por último, comparto los dos cursos en Valencia que me han cambiado la vida por completo y que recomiendo sin dudar:
ARQUETIPOS. VIVIENDO EN UN UNIVERSO HOLOGRÁFICO
AUTOESCUCHA. VIVE LA VIDA EN ROSA (solo para mujeres)